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Aumento de precio de aceite: Una nueva muestra del espíritu Hood Robin del Gobierno (Por Augusto Costa y Guillermo Pedoja)

Aumento de precio de aceite: Una nueva muestra del espíritu Hood Robin del Gobierno (Por Augusto Costa y Guillermo Pedoja)

Cuando parece que ya no hay más medidas de política que apunten a beneficiar a los sectores más concentrados y competitivos de nuestra economía quitándoles a los que menos tienen, el macrismo parece tener siempre un as bajo la manga. Aún en medio de un proceso de ajuste sobre el ingreso real de los asalariados que dista de detenerse y de un proceso de recesión con inflación creciente, el gobierno decide echarle más leña al fuego para seguir beneficiando a sus aliados. Ahora promueve la eliminación de un fideicomiso privado que permitía bonificar en gran medida el precio del aceite de girasol y mezcla a los consumidores.

¿Qué es el fideicomiso y cómo beneficiaba a los consumidores?

El fideicomiso existe desde el año 2008 y funciona a través de lo que se denomina un subsidio cruzado, donde un sector muy rentable subsidia a otro que es menos rentable a fin de beneficiar al consumidor final. De esta forma, los exportadores de granos aportan a un fondo el 1,2% del monto correspondiente a sus exportaciones de soja y girasol (y sus derivados), y con estos fondos se subsidia a los abastecedores de aceite comestible a fin de que puedan cobrar un precio accesible para la gente. En este marco, el Estado Nacional solo oficia de mediador entre privados, sin comprometer ninguna partida de gasto.

¿Cómo impacta en los consumidores la decisión de eliminar el fideicomiso? Por un lado, en el mercado interno, los precios se liberan totalmente y se alinean a los precios internacionales, en tanto que, al ser un bien fácilmente exportable, si los productores no pueden vender el aceite en el mercado interno al mismo precio que en el exterior, lo venderán al mejor postor en el exterior. De modo sencillo, con la eliminación del fideicomiso promovido por el gobierno el aceite de girasol en cualquier ciudad de Francia, Alemania o Estados Unidos va a costar lo mismo que en el Gran Buenos Aires, sean o no productores de la materia prima.

La eliminación del fideicomiso privado que servía para mantener precios accesibles para los consumidores del aceite de girasol y mezcla beneficia únicamente al sector agropampeano exportador. Pero además, esta medida no es un hecho aislado, sino que se suma a una serie de beneficios que ya ha tenido el sector en detrimento de los consumidores. En el período diciembre 2015-julio 2016 el aceite de girasol y mezcla ya aumentó más del 80%, pasando de un precio promedio de $17,70 a $31,90. Este crecimiento de precios fue producto directo de otras medidas de Macri: la devaluación y la quita de retenciones.

Transferencia de renta de los consumidores al sector exportador concentrado

La eliminación del fideicomiso aceitero que subsidiaba el consumo interno de aceite, implicará un nuevo shock de precios en el cortísimo plazo y una transferencia de ingresos de igual magnitud de parte de los trabajadores a los exportadores de granos. El monto total por exportaciones de soja y girasol representa aproximadamente u$d 22.000 millones al año. El valor aportado al fideicomiso es el de las exportaciones multiplicado por 1,2%: u$d 270 millones o $4.000 millones. Desde el año 2008 los grandes traders sojeros aportaban este monto para mejorar el consumo de las familias, pero desde el mes de agosto la cuestión se invertirá: serán las familias las que comenzarán a pagar a los exportadores este mismo monto. De un plumazo, Robin Hood se transformó en Hood Robin.

Tal vez podría pensarse que esta nueva medida podría beneficiar a los productores del campo, pero en los hechos quienes se beneficiarán son unas pocas empresas que controlan la mayor parte del comercio de granos y de la producción de aceites. Los ganadores de esta nueva medida tienen nombre y apellido y son pocos: Aceitera General Deheza (Natura), Vicentin (Vicentin), Bunge Argentina (Alsamar y Clovelly), Cargill, LDC y Oleaginosa Moreno (solo exportadores), Nidera (Legítimo), Molinos Río de la Plata (Cocinero e Ideal). Todas empresas con enormes ganancias que ya habían sido beneficiadas por medidas anteriores del gobierno.

¿Cuáles fueron las principales medidas que han beneficiado al sector concentrado agroexportador?: eliminación de Derechos de Exportación (Retenciones); devaluación del 50%; liberalización de la administración del comercio externo e interno y ampliación de plazos de liquidación de las divisas. Con la quita de retenciones a la exportación de granos el sector agroexportador ha dejado de tributar $60.000 millones, lo cual se suma a

un aumento de precios en pesos de la cosecha del sector agropampeano (soja, maíz, girasol y trigo) de $170.000 mil millones solo producto de la devaluación. Todo esto es renta que antes pertenecía a otros sectores de la sociedad y ahora es apropiada por unas pocas empresas y grandes productores.

El proceso de transferencia regresiva de rentas ocurrido en la economía desde la asunción de Macri es contundente. Por ejemplo, mientras crecen las exportaciones tradicionales de granos y explota la venta de camionetas doble tracción, el salario ya perdió el 11,5% de su poder de compra en lo que va del 2016 (debido a paritarias que cerraron en el orden del 30% y la inflación interanual que se dispara al 47,1%.)

El efecto de la medida sobre el precio de los aceites

Durante todo el año 2015 el precio del aceite de girasol, que se negociaba dentro de Precios Cuidados, tuvo un incremento anual del 22%, mientras que, como ya se mencionó, con la desregularización macrista, en tal solo 6 meses incrementó su precio al consumidor en un 80%. Este incremento no fue tratado casi por ningún medio de comunicación como tampoco se señaló que en la última renovación del Programa Precios Cuidados (o lo que queda de este) los aceites quedaron fuera de la canasta. Parece no importar mucho que sea un alimento central para la canasta básica de todos los argentinos.

Sin embargo, ante la nueva medida, las denuncias de nuevos aumentos de precios han cobrado notoriedad. Ante los dichos del sindicato de trabajadores del aceite de que el incremento de precios podría llegar a ser de un 300%, la cámara de industrias aceiteras respondió que el aumento “solo” llegará a un 30% (que, claro, parece ser nada al lado de las cifras de aumento que se vienen manejando en otros rubros).

En realidad, no resulta tan sencillo calcular cuál será el impacto sobre el precio de los aceites, sobre todo cuando la salida del producto del plan Precios Cuidados implica la liberación en la imposición de márgenes de ganancia tanto para las empresas productoras como para los supermercados. Puede hacerse un cálculo grosso modo donde se calcule la incidencia del total del fideicomiso sobre el precio de cada litro de aceite. Si el monto del subsidio es de $4 mil millones y los litros de aceite producido son 500 millones, nos da un subsidio de $8 por litro (sería aproximadamente un 60% del precio). A esto habría que sumarle un incremento del margen que, siendo benévolos, podría incrementar el precio un 20% más.

En consecuencia, en el mejor de los mundos, seguramente el consumidor deberá pagar en agosto el aceite de girasol o mezcla, como mínimo, un 80% más caro que en julio. Esto, sumado a los aumentos previos, implicaría una suba del precio del aceite de girasol y mezcla en lo que va del año del 160%.

Como hemos visto, resulta muy complejo y arriesgado predecir el aumento exacto que tendrá, en este caso, el precio del aceite. Lo único seguro es que las transferencias de rentas de los sectores más débiles de la sociedad hacia los sectores concentrados y con mayor poder pareciera, aún, no tener límite.

Augusto Costa – Ex secretario de Comercio.

Guillermo Pedoja – Economista, especialista en agro industria y ex asesor de la secretaria de Comercio.

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