“La situación económica y comercial que afrontan las pymes industriales lácteas es sumamente compleja e insostenible”

La Asociación de Pymes Lácteas de Córdoba (Pylacor) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas de Santa Fe (Apymil) alertaron sobre una crisis láctea. Con fuertes reclamos que reflejan el deterioro creciente del entramado industrial lácteo. En un contexto de sobreoferta de leche, mercado interno deprimido y costos en alza. Así, ambas entidades reclaman medidas urgentes que permitan “preservar la continuidad de las empresas y el empleo”. Y eviten el colapso de uno de los sectores más importantes de las economías regionales.

“La situación económica y comercial que afrontan las pymes industriales lácteas es sumamente compleja e insostenible”, advirtieron desde Pylacor, que preside Gustavo Seia. Además subrayaron que la combinación de sobreproducción y caída del consumo interno generó un escenario de rentabilidad nula y balances en rojo.

El reclamo se replicó asimismo en Santa Fe, epicentro de la cuenca lechera argentina. Desde Apymil, que preside Paola Coronel, señalaron que el escenario actual presenta “una combinación de factores que compromete seriamente la continuidad de nuestras empresas”. Y  mencionaron entre ellos la sobreoferta de leche cruda, el mercado interno deprimido, las exportaciones restringidas. Así como también el aumento sostenido de costos de insumos, energía y logística.

Sobreoferta, precios en baja y plantas al límite

En agosto, la lechería argentina alcanzó los 35 millones de litros diarios, unos 4 millones más que hace dos meses. El fenómeno agronómicamente representa una buena noticia. Sin embargo, se convirtió en un verdadero problema comercial.

Las abundantes lluvias del invierno generaron una oferta forrajera inédita. Con pasturas y verdeos en excelente estado, los tambos aumentaron su productividad. Alimentando así una ola de leche que la industria no logra procesar ni colocar en el mercado, y que derivó en esta crisis láctea.

El cuello de botella se da en la industria quesera, que absorbe la mitad de la producción nacional. Las usinas medianas y pequeñas, dependientes del mercado interno, están trabajando al límite, con plantas saturadas, balances frágiles y serias dificultades financieras.

Algunas empresas emblemáticas, como Verónica, La Suipachense o La Lácteo, ya muestran signos de crisis. Y debieron recurrir a medidas extremas, como “soltar leche” (derivar remisiones a terceros o suspender recolecciones). El exceso de materia prima y la baja en los precios finales se combinan en una ecuación que amenaza la supervivencia del tejido pyme.

“Existe un mercado interno sumamente deprimido, que desconoce las leyes de la oferta y la demanda”, enfatizaron desde Pylacor. “Por más que se bajen los precios, la cantidad demandada no responde, lo que provoca un sobrestock de quesos muy considerable.”

Según datos del sistema Iapuco, los precios de quesos de consumo masivo registraron una caída del 7,2% en términos reales interanuales. Lo que obliga a las empresas a liquidar stock a menor valor para sostener el flujo de caja.

La abundancia de mercadería y las altas tasas de interés impiden almacenar productos. “Con tasas elevadas y necesidad de capital de trabajo inmediato, muchas industrias se ven obligadas a vender rápidamente, resignando precio”, agregan desde el sector.

Aunque el consumo interno de quesos creció un 8,1% interanual entre enero y agosto, el aumento no compensa la pérdida de rentabilidad. “El consumidor compra más porque el precio baja, pero las pymes pierden dinero con cada kilo que venden”, sintetizó un empresario cordobés.

Reclamo por políticas activas y acompañamiento

Tanto Pylacor como Apymil apuntan a la necesidad de una respuesta política seria y coordinada. “Queremos visibilizar que la situación impacta directamente en la economía de nuestras ciudades y pueblos. Se necesita seriedad en las políticas nacionales y acompañamiento de los gobiernos provinciales y municipales”, reclamó Pylacor.

Apymil, por su parte, propuso revisar “las condiciones de pago de la leche cruda” e implementar un sistema de pago por sólidos útiles. Que refleje la calidad de la materia prima y distribuya mejor el valor dentro de la cadena. “Mientras los precios de venta caen, el valor de la leche cruda se mantiene alto. Influenciado por actores de gran escala que no reflejan la realidad del sector pyme”, advirtió la entidad.

Ambas asociaciones coinciden en que las pymes lácteas cumplen un rol esencial en la economía regional. Tanto por la generación de empleo como por su aporte al desarrollo local. “Necesitamos políticas que entiendan que sin pymes no hay tejido productivo posible”, señalaron.

El único alivio a esta crisis láctea llega del frente externo. Las exportaciones de lácteos crecieron 3,4% interanual entre mayo y agosto, por precios internacionales sostenidos y costos internos bajos en dólares. El negocio de la leche en polvo entera a Brasil se mantiene rentable, con amplios márgenes entre el precio mayorista brasileño y el valor FOB argentino.

Sin embargo, este beneficio se concentra en las grandes empresas con estructura exportadora consolidada. Las medianas y pequeñas quedan fuera del circuito. “Las grandes ya tienen vendidos sus excedentes, pero las pymes siguen atadas al mercado interno sobreabastecido”, explicó un industrial santafesino.

Además, la baja del precio de la mozzarella en setiembre complica el negocio con Brasil, principal destino de los envíos argentinos. “El escenario externo ofrece respiros momentáneos, pero no soluciona los problemas estructurales del sector”, admiten los empresarios.

Costos en alza y márgenes erosionados

El panorama para los productores también es adverso. Los costos de alimentación crecieron 8% en setiembre respecto a agosto y 22% interanual. Erosionando así los márgenes y forzando a muchos tambos a revisar sus esquemas de producción para no operar a pérdida.

La estacionalidad del sistema productivo argentino, altamente dependiente del pastoreo, agrava el problema. Durante los meses de máxima producción, septiembre y octubre, la capacidad de procesamiento no alcanza y la industria se ve desbordada.

“Si no ampliamos la capacidad para procesar y exportar el pico anual, seguiremos atrapados en un círculo que abastece solo al mercado interno”, advirtieron desde Pylacor. “El acceso a financiamiento con tasas adecuadas es clave para invertir en capacidad industrial y logística.”

Mientras que desde Apymil hicieron una invitación al diálogo y a la acción conjunta. “Confiamos en que, con comprensión y responsabilidad, podremos construir condiciones más justas y sostenibles para toda la cadena. Invitamos a productores, organismos públicos y medios de comunicación a visibilizar esta realidad y acompañar el proceso”.

Las pymes lácteas de Córdoba y Santa Fe coinciden en el diagnóstico y en la urgencia. La lechería argentina enfrenta una paradoja. La abundancia de leche, lejos de ser una oportunidad, se convirtió en una amenaza para la sustentabilidad del sistema.

En palabras de un dirigente del sector, “el desafío es transformar la abundancia en desarrollo. Si no hay una política integral que contemple a las pymes, esta primavera puede convertirse en el preludio de un invierno productivo muy largo”.(Mundo Gremial)

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